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LOS CRISTIANOS DE S. JUAN BAUTISTA
El mandeismo es una religión monoteísta nacida a orillas de los ríos Tigris y Eúfrates que es considerada la única fe gnóstica que sobrevive de la antigüedad
El Tigris se ha quedado huérfano de bautismos desde el pasado 31 de octubre. La comunidad mandea de Bagdad decidió cancelar todas sus ceremonias el día en el que un comando del Estado Islámico de Irak, brazo de Al Qaeda en el país árabe, irrumpió en la iglesia de Nuestra Señora de la Salvación del barrio de Karrada. Cinco horas de secuestro y combates entre secuestradores y agentes de las fuerzas especiales dejaron decenas de víctimas.
M. AYESTARÁN.
Miembros de la comunidad mandea en Bagdad
“Toda nuestra solidaridad con los cristianos. Las minorías estamos en peligro en este país. Antes de la invasión de 2003 nosotros éramos unos 60.000, hoy no quedamos ni 10.000. La gente huye al Kurdistán o, en mayor número, a Siria y Jordania”, lamenta Toma Zeki, presidente de la comunidad mandea en Bagdad desde su cuartel general, hoy forrado de muros de cemento y protegido por agentes de las fuerzas de seguridad.
Apodados “los cristianos de San Juan” por los portugueses que llegaron a Basora en el siglo XVII, el mandeismo es una religión monoteísta nacida a orillas de los ríos Tigris y Eúfrates que es considerada la única fe gnóstica que sobrevive de la antigüedad. Descendientes de Adán, reconocen a San Juan Bautista como la figura central de una fe en peligro de extinción en Irak debido a la situación de seguridad. “No sólo nos persiguen porque nos consideran ateos, también porque la mayor parte de la comunidad se dedica al negocio de la venta de joyas, una actividad de riesgo en un país que sufre un altísimo índice de delincuencia común”, informa Zeki que eleva a 126 el número de mandeos asesinados en los últimos años y que como representante de la comunidad acusa a las autoridades iraquíes de “usar los valores religiosos islámicos para llegar al poder”.
Fe antigua y desconocida
El doctor Sabah Thamer, responsable cultural del centro, profundiza en una fe tan antigua como desconocida por la mayoría. “El creador es uno, como para musulmanes y cristianos. Existe un mundo de luces que es el equivalente a su paraíso al que vuelve el alma después de la muerte, porque el alma es eterna desde su creación”, relata con calma mientras muestra al periodista el templo –con el drabsa en su parte superior, la auténtica bandera mandea formada por una cruz con una pequeña túnica cubriéndola- y el estanque que han construido a orillas del Tigris para llevar a cabo ceremonias con mayor seguridad que en el exterior. “Rezamos tres veces al día y celebramos bautizos colectivos en cada fiesta, no podemos hacer ninguna actividad religiosa sin la presencia de agua corriente”, recuerda.
En las paredes, enormes fotos de fieles cubiertos con sus Kusia (túnicas) de color blanco, “el color de la paz”, muestran ceremonias de bautismos colectivos en el río. Todas las inscripciones y libros sagrados están escritos en mandeo, procedente del arameo, la lengua de Jesús, “aunque al oído suenan muy parecidos, la escritura es distinta”, matiza el doctor Thamer, que espera recuperar de nuevo las celebraciones de los domingos (habshaba) en el Tigris, “llevamos dos mil años en esta tierra y aquí queremos seguir”.
http://www.abc.es/20101225/internacional/cristianos-sanjuanbautista-201012250954.html
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